Generalmente, un hábito es una acción automática, o algo que se hace de manera natural sin necesidad de pensar en el momento de la ejecución. Buenos hábitos le permitirán un ahorro continuo de energía, sin sentir necesidad de hacer sacrificios veamos algunos:
Establecer un horario de consumos:
Tan sencillo como no prender la luz solo hasta que el sol se haya ocultado. Dejar para el día actividades que requieren de luz como leer, trabajo de oficina, etc. Al organizar las actividades, no va a ser necesario prender todas las luces en la noche, sino solo aquellos lugares donde se está realizando una actividad como el comedor a la hora de la comida o el cuarto de televisión a la hora del programa familiar, etc.
Organizar el paso por la ducha:
Por ejemplo organizar a los miembros de la familia para que todos tomen el baño en forma secuencial: con esto solo se calienta una vez la tubería de agua caliente entre el calentador de agua y la ducha. Si en forma desordenada se realiza el baño, es decir primero alguien en un momento y una hora después otra persona, siempre quedará en la tubería, agua caliente, que con el paso del tiempo se enfría, en lugar de utilizar el agua que ha dejado caliente en la tubería, el baño de la persona anterior. El ahorro también es de agua, pues el segundo en la ducha no tiene que esperar a que llegue el agua caliente desde el calentador.
Planear la planchada de ropa para un solo día:
La plancha requiere de un periodo de calentamiento, si el planchado se realiza todos los días, todos los días será necesario gastar un periodo de tiempo para que la plancha llegue a la temperatura de funcionamiento. Si el planchado de toda la ropa se hace para un mismo momento, solo se estará realizando el calentamiento de la plancha durante una sola vez.
Apagar la luz cuando abandona un cuarto y queda vacío:
Tan sencillo como llevar la mano al interruptor cada vez que se sale del cuarto; pronto estará apagando todas las luces cada vez que sale, incluso si se trata de una persona que es consciente del impacto ambiental, querrá ser la última al salir con tal de apagar el recinto.
Temperatura en el termostato del aire acondicionado 24 a 26 grados C:
Mantener fija la temperatura programada (Set point), no desesperarse porque no logra rápidamente la temperatura confort. Variar la temperatura del termostato, solo hace que el sistema esté continuamente activado, obviamente consumiendo más energía.
Conocer el consumo del electrodoméstico:
No solo le hace consciente del consumo, sino que mentalmente se programa para hacer un buen uso del equipo. Conozco unas personas que compraron un calentador de ambiente y cuando recibieron la factura de energía, no solo se sorprendieron sino que pensaron que alguien les estaba robando energía con una conexión pirata. Es un buen hábito en el momento de comprar un equipo, no solo mirar el precio sino también el consumo. A largo plazo un equipo barato pero de mayor consumo termina costando más (considerando las cómodas cuotas mensuales que agrega a la factura de energía eléctrica).